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RESUMEN:
Se analizan aspectos sociales de la incorporación de nuevas tecnologías de información y comunicación en instituciones de docencia e investigación de salud pública en el Brasil. Usando la noción de "tecnologías de la inteligencia" y elementos de la "teoría crítica de la tecnología" como marcos para estudiar los procesos de implementación de la Internet, se señala la íntima relación entre los aspectos sociales y técnicos de esos procesos. Se plantea que existe una aparente divergencia entre el potencial de la tecnología Internet y su lenta incorporación real en los procesos de producción de conocimiento científico y de docencia en un país en desarrollo. Se delinean elementos teórico-metodológicos para proponer posibles explicaciones para esta divergencia. Estas explicaciones no se sitúan principalmente en el campo de lo técnico. En el nivel nacional las explicaciones incluyen necesáriamente los contextos políticos y económicos y las tendencias de financiamiento de ciencia y tecnología. En los niveles institucionales incluyen los procesos de negociación sobre los diversos (y a veces contradictórios) sentidos que la nueva tecnología tiene para los diferentes actores de su implementación en el mundo académico.
En los últimos años se puede observar una aparente divergencia
entre los argumentos que favorecen la incorporación de las tecnologías
de redes digitales de información (en especial Internet e intranets)
en las actividades de docencia e investigación científica
y el ritmo y profundidad con que esa incorporación sucede en la
realidad.
La divergencia entre las ventajas potenciales y el uso real de la tecnología de redes digitales en esse campo puede constatarse en la literatura internacional (Harrison & Stephen, 1996; DeSieno, 1995; Eisenberg, 1997). En América Latina existen algunos indicios recientes de que esa diferencia puede estarse presentando también en actividades de docencia e investigación en instituciones de salud pública en el Brasil (Iturri, 1997).
La mayor parte de la literatura presenta a las redes digitales de información como herramientas poderosas para el trabajo científico con posibilidades de llegar a transformar completa y favorablemente las estructuras y dinámicas de la práctica académica (Demo, 1997: 140; Educom, 1996; Educom, 1995; Roszack, 1994).
Esta visión progresiva y optimista parece esta basada en una inferencia lógica: considerando que la ciencia es una actividad esencialmente comunicacional (ya que la sanción del carácter científico de un producto solo se da después de su diseminación, aceptación y uso por la comunidad de los científicos) y que necesita de informaciones como su insumo básico, se podría esperar que un dispositivo comunicacional tan potente como la Internet sea introducido y adoptado rápidamente en el medio académico.
Sin embargo, a pesar del fondo optimista mencionado, diversas evaluaciones de experiencias y tendencias reales de introducción de redes digitales en las actividades de docencia y pesquisa científica mencionan "un tiempo inesperadamente largo" para que esa tecnología modifique el cotidiano de la vida académica (Harrison & Stephen, 1996b: 3) y se use dentro de los principales procesos de elaboración y diseminación de conocimiento. No es raro que esas evaluaciones mencionen "escepticismo" (DeSieno, 1995), "necesidad de rever el entusiasmo inicial" por parte del mundo científico (Eisenberg, 1997) o un balance de "franca subutilización de las potencialidades" (Schwimmer, 1996). Aquí es importante considerar que esa situación no es homogénea e que existen diversas áreas científicas en las que el uso de la red se transformó en un elemento central para su productividad (como por ejemplo diferentes áreas de matemáticas, física, química, genética molecular).
Algunos de los motivos para esta heterogénea, "lenta y desconfiada" incorporación, pueden observarse en un artículo que analiza el uso de Internet en el campo de la antropología (Schwimmer, 1996). Este autor, cuando habla del potencial de Internet, señala que esa tecnología "promete, o tal vez amenaza, transformar el carácter del trabajo académico" (1996, énfasis nuestro). Esto es importante pues introduce la posibilidad de que en el mismo medio, el mundo académico, exista más de una posición en relación a un dispositivo de carácter aparentemente técnico e instrumental. En ese caso, la red podría no ser solo "una herramienta altamente eficaz". Aparentemente, desde el punto de vista de algunos de los actores envueltos en su implementación puede ser considerada como "una arma apuntada hacia nosotros". Un riesgo.
Por otro lado, la propia heterogeneidad de los procesos de incorporación puede indicar que los ritmos de producción y estilos docentes (Educom, 1996) y las diferentes historias de las disciplinas e instituciones influyen en la adopción de un dispositivo como la Internet, que en el discurso público se presenta como un "instrumento ideal" para lidiar con "la información", o sea con aquello que seria la base "de cualquier" actividad científica. Ante esta situación es posible plantear que "la gran red de información" tal vez no tiene que ver solo con información. Ni aún en el mundo académico, que existe para producir un tipo específico de información.
Una revisión de la literatura sobre el tema (DeSieno, 1995; Schwimmer 1996; Harrison & Stephen 1996) permite una breve descripción de las dificultades en la incorporación de redes digitales en el mundo académico:
Esta ponencia se propone contribuir a dimensionar algunos aspectos de las dinámicas sociales que influirían en la incorporación de redes digitales en las instituciones de docencia e investigación de salud pública en el Brasil. Consideramos que puede ser de utilidad para pensar cuestiones similares en el resto de América Latina. Hasta el momento en que concluimos nuestra revisión de la literatura (Noviembre de 1997), este era el primer levantamiento sobre esta temática referida a esta área académica específica.
Un trabajo como este no constituye un estudio de "sociología de la ciencia" o un "estudio social del conocimiento" ya que no está concebido para analizar los productos intelectuales (conocimiento) que los investigadores elaboran. No se analiza aquí la influencia "real" del uso de redes de comunicación en los aspectos más estrictamente epistemológicos y teórico-metodolólicos del proceso de construcción del saber científico en el campo de la salud pública (ni de su reproducción a través de la docencia).
Sobre tecnologías y mundo académico
Buscando elementos teóricos que ayuden a delinear los procesos de incorporación institucional de Internet, y a explicar la aparente divergencia entre la promesa y la realidad, usamos la noción de "tecnologías de la inteligencia" (Lévy 1993, 1997) y la "teoría crítica de la tecnología" (Feenberg 1991, 1995). La primera nos ofrece las bases para comenzar a interpretar la relación entre las formas de representar / intercambiar conocimiento y las dinámicas y organizaciones sociales que producen ese conocimiento; por otro lado, es una elaboración teórica centrada en los cambios tecnológicos relacionados a la esfera de lo cognitivo, esfera que asumimos como importante en la visión de mundo de actores sociales del campo académico. Por su parte, la "teoría crítica de la tecnología" permite, en primer lugar, un marco de referencia más amplio, el de la tecnología en general en la sociedad contemporánea, y en segundo lugar, ofrece una perspectiva que se aleja del determinismo que tiene un papel importante en los análisis científicos y filosóficos sobre tecnología así como en el sentido común actual.
Las "tecnologías de la inteligencia" (especialmente la oralidad, el lenguaje escrito y el medio electrónico en red) son consideradas simultáneamente como el soporte y como parte integrante de los procesos cognitivos. No solo "expresan" los pensamientos; esas tecnologías influyen en las formas de pensar; albergan y nutren, de formas específicas para cada tecnología, los procesos de conocer. "Los procesos intelectuales no envuelven solo la mente, ponen en juego cosa y objetos técnicos complejos de función representativa y los automatismos operatorios que los acompañan" (Levy, 1993).
La ciencia está fuertemente influenciada por su relación con la comunicación escrita, sin embargo es importante recordar que los cinco siglos de efectos de la impresión escrita "se miden por las formaciones sociales que ella hizo posibles y no por la tecnología de los tipos móviles de la imprenta" (Lymanm 1996, énfasis nuestro). De forma parecida, no se apreciará el impacto de las nuevas tecnologías si centramos nuestra atención exclusivamente en sus aspectos computacionales e de red sin situar estos aspectos en el contexto de las relaciones sociales (de fuerza y de asociación) que van a modularlos.
Esta reflexión se da en un momentos en el que una gran cantidad de relaciones y valores del mundo académico, relacionados a la escritura y a la publicación impresa, entran en contacto con una nova "tecnología de la inteligencia", las redes digitales. Diversos autores señalan que ninguna tecnología de información / comunicación sustituye completamente a las anteriores (Lyman 1996; Harrison & Spencer, 1996b). Por lo tanto, no estamos suponiendo que las redes de tipo Internet reemplazarán a la amplia y compleja acumulación social relacionada a la escritura en el caso de la ciencia; entre otros motivos, hasta por que esa acumulación está íntimamente relacionada a los intereses de una industria de publicación científica que tiene grandes inversiones y que aún está adaptandose al nuevo medio (Kahin, 1996). Sin embargo, es posible preveer que esas dos ordenes - la tradicional, ligada a la escritura, y la que se pre-figura relacionada a las nuevas tecnologías de comunicación - entrarán en un proceso de "adaptación conflictiva". Por eso, y en base a la literatura disponible, se puede plantear que en ese proceso se observarán las dinámicas políticas y simbólicas antes mencionadas.
La posición de Lévy en el sentido de que:
"El significado y el papel de una configuración técnica en un momento dado no pueden ser separados del projeto que impulsa esta configuración, o tal vez de los proyectos rivales que la disputan y la atraen en todos los sentidos. (...) nuestro propósito consiste principalmente en designar a las tecnologías intelectuales como un terreno político fundamental, como lugar y tema de conflictos, de interpretaciones divergentes. Ya que es alrededor de los equipamientos colectivos de la percepción, del pensamiento y de la comunicación que se organiza, en gran parte, la vida (...) en el cotidiano y que se agencian las subjetividades de los grupos"
Aunque la história del uso de redes en medios académicos sea relativamente corta, ya no estamos en una etapa inicial de introducción: es casi seguro que la mayor parte de los actores del proceso ya tuvieron contacto y tienen diversos grados de familiaridad con la Internet. Por lo tanto, sus argumentos ya se basarían en un nivel de uso y de intentos (algunos frustrantes) de apropiación y adaptación que darían más riqueza a sus posiciones políticas en relación a la red. En esas dinámicas político-técnicas el abordaje de las "tecnologías de la inteligencia" reasalta la centralidad de las interpretaciones y de los significados que los actores les atribuyen.
En esta ponencia centramos nuestra atención precisamente en estas dos últimos aspectos. Los significados envueltos en un proyecto técnico se refieren tanto a "las restricciones económicas (costos, patentes, situación del mercado, inversiones, estratégias de desarrollo de la firma) como sociales (calificaciones, relaciones sociales envueltas en la construcción o utilización de la innovación), políticas (accesibilidad [de los insumos materiales], situación de la legislación [...], monopolios de Estado) o culturales (relaciones con el público)" (Schlanger & Stengers, 1988). Consideramos que se pueden elaborar variables similares (sin duda con una especificidad propia del campo) en "firmas" como las instituciones académicas que nos interesan.
Es importante incluir en este panorama, por un lado, las necesidades latentes del mundo académico que podrían ser atendidas por la innovación tecnológica, ya que ellas definirán mucho de su impacto (Lyman, 1995) y también las políticas de fomento y financiamiento de ciencia y tecnología. Estas políticas son producto de la relación y negociaciones entre actores en un contexto político específico que hace entrar en contacto sus intereses con mecanismos de poder de diversos niveles (en el caso brasileño: federal, estadual y municipal) que definirán en parte el impulso que las nuevas tecnologías recibirán. Esas políticas de ciencia, por diversos motivos (relacionados a proyectos políticos y económicos), pueden acabar favoreciendo formas específicas de trabajo y organización académica basadas en tecnologías de redes. O no. Por ese motivo, un análisis de la incorporación de Internet en el medio aquí estudiado debería dar un seguimiento y estudiar las políticas oficiales de los órganos públicos involucrados (en el caso brasileño, los Ministerios de Ciencia y Tecnología, de Salud y el de Educación; el CONASS (Conselho Nacional de Secretários da Saúde) y el CONASEMS (Conselho Nacional de Secretários Municipais de Saúde), la CAPES y el CNPq (Consejo Nacional de Pesquisa)) y de nuevos proyectos u órganos de financiamiento que manejen recursos de importancia.
Considerando el panorama que rodea a nuestro objeto - y reconociendo que ya existe una tradición científica que estudia el efecto sobre la historia y organización de la ciencia de la impresion en papel (como medio de representar / intercambiar información) - nos parece que la noción de "tecnologías de la inteligencia" de Lévy presenta algunas ventajas: Trabaja de formas especialmente profunda la relación entre los medios hasta hoy usados (habla, escritura) con el más reciente (digital en red) y enfatiza la cuestión de las fuerzas y procesos contemporáneos envueltos en la adopción del medio Internet.
Así, tomando como base principalmente Lévy (1993), se puede plantear que existirian por lo menos dos formas de considerar el problema de la implementación de Internet en el campo académico de la salud pública. Una de ellas considera la red como un problema esencialmente técnico y como un auxiliar en los procesos de producción de conocimiento y divulgación de conocimiento e información que el mundo científico desarrolla hace varias décadas; para este enfoque "la Internet" no tendría otro papel que aumentar la velocidad y "el colorido" de esos procesos. La otra forma de ver el problema asume, primero, la importancia del carácter de negociación de intereses y de las correlaciones sociales que dan apoyo o rechazan determinadas propuestas técnicas de implementación y, en segundo lugar, sugiere que la misma construcción de la presencia del mundo académico en la Internet - y las modificaciones que esto inducirá en las instituciones - pueden ser objeto de reflexión científica, y, por esa via, llegar a ser un insumo estratégico para el manejo de la propia incorporación.
Sobre tecnologías en general
El intento de caracterizar dos abordajes sobre la implementación de Internet, que consideramos basado en Lévy, guarda un paralelo con la noción de Feenberg (1991, 1995) de teorias "instrumentales" y "sustantivas" sobre la tecnología en el mundo moderno. La teoría "instrumental" está, en general, asociada a la idea de que la tecnología es una cosa buena; "la tecnología no podría ser algo `malo´ o controvertido de ninguna manera pues todo lo que hace es ayudar a las personas a alcanzar sus objetivos pre-existentes de manera más eficiente". Según la teoría "sustantiva" no es posible separar de esa manera los "medios" y los "objetivos"; la tecnología no sirve solo par alcanzar ese o aquel fin; la tecnología cambia no solo la forma de alcanzar los fines; la enorme importancia de la tecnología en nuestras sociedades "modifica el ambiente social; modifica los objetivos que nos proponemos; modifica el contenido de toda nuestra acción" (Feenberg, 1991); en otras palabras, la tecnología modifica los fines. La teoría sustantiva afirma que los cambios que la tecnología produce en la sociedad no son apenas "efectos secundarios"; son cambios profundos (por eso lo de "sustantiva"), que transforman la sociedad "tecnologizandola" y creando un "ambiente tecnológico" que traspasa toda la sociedad. Según esse autor, en el abordaje sustantivo, "El ambiente tecnológico es crecientemente inhumano. Este ambiente se moviliza cada vez más por imperativos técnicos que emergen de la estructura del sistema, y asi, nuestros fines tienen cada vez menos que ver con esse ambiente y tienen cada vez menos lugar en el". La tecnología, entonces, acabaría siendo "una cosa mala".
Feenberg considera que los dos abordajes teóricos son deterministas y limitan drásticamente nuestra capacidad social de influenciar deliberadamente sobre los procesos tecnológicos. Propone, entonces, una tercera teoría que denomina de "Teoría crítica de la tecnología" que rescata elementos de las otras dos, bajo otro enfoque. Sitúa su propuesta en la tradición de la Escuela de Frankfurt y basa su elaboración en diversos aspectos de la obra de Habermas, coincidiendo con este autor en la "necesidad de algún tipo de control social de la tecnología", control que crearía un proceso en el cual la racionalidad tenga más relevancia y no sirva solo para responder a los hechos. Ya que es imposible "hacer retroceder a la tecnología" o "amarrar a la tecnología" debido a que esta es intrínseca a la sociedad moderna, Feenberg plantea que se debe elaborar una forma de trabajar en un "contexto fundamentalmente tecnológico y subvertirlo donde sea necesário, tranformarlo donde sea preciso transformarlo, alterarlo, reconstruirlo". Para esto, rechaza el determinismo tecnológico; solo así es posible definir y escoger opciones sobre el papel de la tecnología, sin retroceder, sin embargo, hasta las posiciones de una visión puramente instrumental que dice que lo único que hay son "usos para la tecnología". Afirma que la tecnología es humanamente controlable y propone su "control democrático". Considera, sin embargo, que el control social no es solo del tipo "decisión sobre el uso de un determinado dispositivo", ya que esta posición no reconocería la fuerte carga cultural y social que las teoría sustantias ya identificaron en la tecnología. Feenberg afirma que el control humano de la tecnología se puede dar en el nivel de su diseño y dice que "Probáblemente en esse nivel, cambiando el diseño de un sistema organizacional o técnico, se podría afectar los valores que estos cargan y se podría ser capaz de crear espacios diferentes en los cuales las acciones tendrían significados fundamentalmente distintos [de los actuales]" (Feenberg, 1991).
La palabra clave de esta última cita es "probáblemente"; estamos frente a un campo con varias posibilidades abiertas, ninguna de las cuales tiene el éxito garantizado. Proponemos que, en relación a la incorporación de Internet en un campo del saber como la salud pública, en países llamados "en desarrollo", se abren problemas similares a los que Feenberg plantea para la tecnología en general.
La afirmación de Harrison & Spencer (1996b) ilumina bien el tipo de dinámicas que esas "posibilidades en abierto" permiten:
"Por sí sola, la tecnología de redes no determinará ningún cambio en particular en el mundo académico. Las transformaciones que eventualmente atribuimos a las nuevas tecnologías son mejor entendidas como los productos que sugen de negociaciones entre actores y grupos sociales a lo largo del tiempo, mediante las cuales, eventualmente, se responderán preguntas del tipo cómo será usada la tecnología, quién la usará y qué grupos serán beneficiados (...) [las negociaciones estratégicas desarrolladas] incluyen también las consecuencias de las acciones individuales, que pese a su mejor esfuerzo, los individuos no son capaces de controlar totalmente"
Esos referenciales teóricos permiten comenzar a definir una mirada para analizar las cuestiones que la implementación de Internet presenta. La idea centrar es recordar que toda implementación de una tecnología tiene un cierto carácter de recreación de la misma y que todo proyecto político (incluyendo los institucionales) simultaneamente acompaña, usa y desvía la evolución de una tecnología (Lévy, 1993)
Asi, desde este punto de vista se podría considerar que "la aparente divergencia entre la promesa y la realidad" de Internet sería en realidad la expresión de la situación actual de los procesos - cargados de significados diversos e intensamente negociados - de incorporación de una tecnología del tipo de específico de las llamadas "tecnologías intelectuales" (con dimensiones no solo cognitivas si no también políticas, simbólicas) en un campo del conocimiento como la salud pública. Por este motivo, en este abordaje, la eventual no implementación de Internet en una institución, o una implementación parcial o "fracasada", también es objeto de reflexión. En esos casos interesa, y tal vez hasta más que en los casos "exitosos", acercarse a las dinámicas que bloquean una herramienta de trabajo que supuestamente "deberián" estimular.
Consideraciones finales
Aún siendo evidente que "todavía es temprano para hacer algun tipo de afirmación definitiva sobre las formas en las que el uso de las redes modificará el perfil y la estructura de la vida académica" (Harrison & Sthepen, 1996), parece claro que cualquiera que sea el rumbo de la implementación de las redes de información / comunicación, su configuración específica dependerá pricipalmente de alterar estructuras sociales disciplinares, de re-estructurar relaciones tradicionales entre profesores y alumnos y de influir a desestabilizar vínculos económicos, legales y profesionales en los mecanismos de producción y diseminación de pesquisa y educación académicas (Harrison & Sthepen, 1996).
En ese sentido, consideramos que los abordajes y dimensiones que se mencionan en esta ponencia pueden servir, por un lado, de referencias para conocer mejor los determinantes sociales de la tecnología de redes digitales y de su creciente papel en la investigación y docencia de salud pública y, por otro lado, para acercarse a la intención de "intervenir en el nivel del diseño" de la tecnología. Esta intención es necesária para recuperar la posibilidad de su "control humano" y de negar todo tipo de determinismo según el cual, lo que restaría para las instituciones solo "la urgencia de adaptarse" a las tecnologías (Feenberg, 1991; Feenberg, A. & Hannay. A., 1995; DeSieno, 1995). Criticar ese tipo de "adaptación a toda prisa", y proponer alternativas creativas de apropiación de Internet, es aún más importante en América Latina", con una historia plagada de recetas tecnológicas milagrosas... y fracasadas.
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